¿La cúrcuma tiene propiedades anticancerígenas?

Un estudio reciente investiga si la cúrcuma puede ser útil para tratar el cáncer. Los autores concluyen que podría ser, pero señalan que hay muchos desafíos que superar antes de llegar a la clínica.

La cúrcuma es un miembro de la familia del jengibre. Nativa de la India y el sudeste asiático, la gente ha usado la raíz de la cúrcuma para dar sabor a sus alimentos durante miles de años.

Históricamente, las personas asociaron la cúrcuma con propiedades curativas. Incluso ahora, algunos granizo cúrcuma como una panacea para todos los males. Recientemente, su popularidad ha aumentado, como lo demuestra la reciente moda latte de cúrcuma. Sin embargo, como con muchas cosas en la vida, la realidad rara vez coincide con el bombo.

El químico en la cúrcuma que más interesa a los investigadores médicos es un polifenol llamado diferuloilmetano, que se llama más comúnmente curcumina. La mayor parte de la investigación sobre los poderes potenciales de la cúrcuma se ha centrado en este químico.

¿ Cúrcuma como sanador?

A lo largo de los años, los investigadores han enfrentado la curcumina contra una serie de síntomas y afecciones, incluyendo inflamación, síndrome metabólico, artritis, enfermedad hepática, obesidad y enfermedades neurodegenerativas, con diferentes niveles de éxito.

Sin embargo, sobre todo, los científicos se han centrado en el cáncer. Según los autores de la reciente revisión, de los 12.595 artículos que los investigadores publicaron sobre la curcumina entre 1924 y 2018, el 37% se centra en el cáncer.

En la presente revisión, que figura en la revista Nutrients, los autores se centraron principalmente en las vías de señalización celular que juegan un papel en el crecimiento y desarrollo del cáncer y en cómo la cúrcuma podría influir en ellos.

El tratamiento para el cáncer ha mejorado enormemente en las últimas décadas, pero aún queda un largo camino por recorrer antes de que podamos vencer al cáncer. Como señalan los autores, «la búsqueda de medicamentos innovadores y más efectivos» sigue siendo un trabajo vital.

En su revisión, los científicos prestaron especial atención a la investigación relacionada con el cáncer de mama, el cáncer de pulmón, los cánceres de la sangre y los cánceres del sistema digestivo.

Los autores concluyen que «la curcumina representa un candidato prometedor como un fármaco eficaz contra el cáncer para ser utilizado solo o en combinación con otros medicamentos».

Según la revisión, la curcumina puede influir en una amplia gama de moléculas que juegan un papel en el cáncer, incluyendo factores de transcripción, que son vitales para la replicación del ADN; factores de crecimiento; citoquinas, que son importantes para la señalización celular; y proteínas apoptóticas, que ayudan a controlar la muerte celular.

Los retos continúan

Además de las discusiones sobre la influencia molecular de la curcumina en las vías del cáncer, los autores también abordan los posibles problemas con el uso de la curcumina como medicamento.

Por ejemplo, explican que si una persona toma curcumina por vía oral, por ejemplo, en un café con cúrcuma, el cuerpo la descompone rápidamente en metabolitos. Como resultado, es poco probable que cualquier ingrediente activo llegue al sitio de un tumor.

Con esto en mente, algunos investigadores están tratando de diseñar formas de entregar curcumina en el cuerpo y protegerlo de someterse a metabolización. Por ejemplo, los investigadores que encapsularon el producto químico dentro de una nanopartícula proteica observaron resultados prometedores en el laboratorio y en ratas.

Aunque los científicos han publicado un gran número de artículos sobre la curcumina y el cáncer, hay una necesidad de más trabajo. Muchos de los estudios en la revisión actual son estudios in vitro, lo que significa que los investigadores los llevaron a cabo en laboratorios utilizando células o tejidos. Aunque este tipo de investigación es vital para entender qué intervenciones pueden o no influir en el cáncer, no todos los estudios in vitro se traducen en humanos.

Relativamente pocos estudios han probado las propiedades anticancerígenas de la cúrcuma o curcumina en humanos, y los estudios humanos que han tenido lugar han sido a pequeña escala. Sin embargo, aparte de las dificultades y los datos limitados, la curcumina todavía tiene potencial como tratamiento contra el cáncer.

Los científicos continúan trabajando en el problema. Por ejemplo, los autores mencionan dos ensayos clínicos en curso, los cuales tienen como objetivo «evaluar el efecto terapéutico de la curcumina en el desarrollo del cáncer de mama primario y metastásico, así como estimar el riesgo de eventos adversos».

También se refieren a otros estudios en curso en humanos que están evaluando la curcumina como tratamiento para el cáncer de próstata, cáncer de cuello uterino y nódulos pulmonares, entre otras enfermedades.

Los autores creen que la curcumina pertenece a «el grupo más prometedor de compuestos naturales bioactivos, especialmente en el tratamiento de varios tipos de cáncer». Sin embargo, su alabanza por la curcumina como héroe contra el cáncer se ve atenuada por las realidades que su revisión ha desenterrado, y terminan su papel en una nota baja:

«La [C]urcumina no es inmune a los efectos secundarios, como náuseas, diarrea, dolor de cabeza y heces amarillas. Además, mostró mala biodisponibilidad debido a la baja absorción, metabolismo rápido y eliminación sistémica que limitan su eficacia en el tratamiento de enfermedades. Se necesitan más estudios y ensayos clínicos en humanos para validar la curcumina como un agente eficaz contra el cáncer»

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